El bolero y el tango continúan presentes en la vida de la sociedad latinoamericana en amplios sectores que reciben como herencia ritmos musicales propios de su folklore pero que alejados del sentimentalismo vale mirar sus letras como reproductoras de pensamientos, unos dentro del más clásico romanticismo y otros con altos componentes de violencia y no exentos de alta o puras dosis de machismo. Pero no importa, se escuchan una y otra y otra vez. ¡Repítalo cantinero!
Diríamos que trasegar por los arrabales, galerías o cantinas de muchos de los pueblos de América es adentrarse en el desgarro, en el dolor con sentido de tragedia en los momentos de pérdida y ruptura que todo ser humano tiene en la vida, sin embargo, hoy con la migración, la música viaja con ese ingrediente violento de algunas canciones que hacen apología del machismo y del delito; se tararean, cantan, se piden en las reuniones porque hacen parte de un recuerdo, una cultura o porque de verdad llegan al alma. La emoción es la que actúa y la razón se pierde o emoción y razón se asumen para luego convertirse en acción en la vida diaria.
La cotidianidad, los comportamientos repetidos una y otra vez van creando pautas culturales y se me antoja pensar en las niñas y niñas, los adolescentes que escuchan los gustos musicales de los mayores en la radio –una y otra vez- en la televisión, en los lugares de sociabilidad. Ellos y ellas están en formación y las canciones se van convirtiendo en parte de su imaginario, de su pensamiento, de su vivencia.
Las letras de canciones propias de cada país traen evocaciones, nostalgias, amores, desamores, son expresión creadora de cada momento de su historia, pero estás composiciones también comportan sentimientos y actitudes excluyentes y retrógrados en el más general de los conceptos.
Un bolero que dice “Cosas como tú, son para quererlas” Letra de Ernesto Hoffman, intérprete Johnny Albino y el Trío San Juan), no parece que está cantando a la mujer que ama, está cosificando a ese alguien. Y esto que parece intrascendente, resulta que tiene que ver con la manera y forma de expresar, con la palabra que es un vehículo importante de la comunicación, es el instrumento para designar.
Qué decir de “Mujer, mujer divina tienes el veneno que fascina en tu mirar (Autor: Agustín Lara. Intérprete pedro Vargas)
Más aún para pensar con “Señora bonita…mire que ironía, /yo amándola tanto/ y usted tiene dueño”. (Autor: Adolfo Salas. Intérprete: Leo Marini). Parece que nos dejas sin comentarios. ¿Patriarcado o esclavismo?
“Por qué te hizo el destino pecadora/ si no sabes vender el corazón…” (Autor: Agustín Lara. Intérprete: Pedro vargas). Transmite un juicio moral que se aplica sólo a las mujeres.
“Mozo, sírvame la copa rota/quiero sangrar gota a gota/ el veneno de su amor” (Alci Acosta). ¿Quizá violento?
El conocido tango “Tomo y obligo” que interpreta Carlos Gardel daría material a la directora de cine Itziar Bollain para hacer de “Te doy mis ojos” una segunda parte. “Y hoy al verla envilecida y a otros brazos entregada/ fue pa´mi una puñalada y de celos me cegué/ y le juro todavía no consigo convencerme/ cómo puede contenerme y ahí no más no la maté”.
Para seguir pensando y trabajando en un cambio de la sociedad sería conveniente que revisáramos lo que se convierte en costumbre, lo que pasa inadvertido o parece inofensivo.
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