En los pueblos, en el campo y en las ciudades de Colombia dicen o cantan al calor de su bebida nacional, el aguardiente:
"Yo también tuve 20 años y un corazón vagabundo/ yo también tuve alegrías y profundos desengaños.
Veinte años que en mi vida florecieron/ veinte años que a mi llegaron/ se fueron y no volvieron.
Por eso desde la cima de mis ardorosos años/ miro pasar hoy la vida sin que me haga bien ni daño/ porque tuve la fortuna de vivirla sin engaños/ para contar sin nostalgia que también tuve 20 años"
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