En el sentir de la gente de Colombia están sucediendo cambios que quizá necesiten más de una generación para dar un vuelco que toque las entrañas mismas de la exclusión, la inequidad, la corrupción, el clientelismo, la mojigatería y el conservadursimo revestido de moral ¿cuál de todas?
Y cómo cada cuatro años, el dinero que compra votos, la corrupción danzando en las calles y en los centros del clientelismo sin poderse comprobar; el miedo que inyectan a quienes han sido beneficiarios de algunos programas con auxilios (obligación de quienes administran los recursos de la sociedad) sobre su posible pérdida y que se presentan como una dádiva del gobierno. ¿Beneficiado? Juan Manuel Santos el continuista del presidente Álvaro Uribe
Álvaro Uribe ha querido concentrar todo el poder en el ejecutivo; ha gobernado el país como su finca particular; ha invadido el territorio vecino (para él todo vale porque el fin justifica los medios); lo salpican escándalos como las escuchas ilegales a magistrados, periodistas, políticos de la oposición; dineros dirigidos supuestamente a pequeños productores del agro engrosaron arcas de los poderosos y no tiene ningún empacho en apoyar públicamente a su candidato Santos.
Uribe, desafiando los principios constitucionales que rigen a Colombia salió a controvertir y desafiar públicamente una decisión de la rama judicial, en defender al coronel Alfonso Plaza, condenado por la desaparición de once personas en 1985 durante la retoma del Palacio de Justicia luego de la toma que hiciera el Movimiento M-19 el 6 y 7 de noviembre de ese año.
La jueza María Stella Jara condenó al militar (r) a 30 años de cárcel. ¿Cuánto tiempo han esperado los familiares de los desaparecidos para que se haga justicia? También serán investigadas la cúpula militar y policial de ese entonces y se pedirá que la Comisión de Acusaciones de la Cámara analice al quien fuese el presidente en ese momento, Belisario Betancur.
No han faltado voces que invoquen el heroísmo del coronel para considerar injusta la condena. No se le juzgó por la acción militar, se le condenó por un delito de lesa humanidad.
Este histórico acto de justicia es un gran paso que dio una mujer que en el cumplimiento de su deber, posicionó la justicia, oculta durante 25 años frente a un hecho que las llamas del palacio de Justicia, clamaron por la justicia.
La acción de la jueza de 43 años que es un ejercicio mandatado por la Carta Magna, la obligará a abandonar el país tras las reiteradas amenazas pese al apoyo internacional y de sectores democráticos del país.
No obstante, nuevos viento de dignidad, unos tímidos y otros como ventarrón soplan en esta esquina de Suramérica. Por fin, otras voces, apuestas por la transparencia, el respeto a la vida, la búsqueda de cambio desde la transformación cotidiana y la educación como motor.
Con nuestro compromiso y acción diaria, con la responsabilidad del voto podemos apostarle a nuevos caminos de construcción colectiva de una sociedad más justa. Y aunque soy consciente que Mokus no es la panacea, que no tiene todo cuanto deseo que tenga un candidato o una candidata, si creo que será un paso en la lucha contra la elegante ilegalidad en Colombia y la oculta pero conocida corrupción.